Africa es unitaria en su concepción
monoteísta de Dios, pero diversificada en las experiencias particulares de su
presencia. Sus religiones son llamadas tradicionales,
no porque sean primitivas o salvages, sino por referirse al contexto. Son
religiones del contexto africano. En el contexto brasilero, después de
rescates, adaptaciones y resignificaciones, se volvieron religiones
afro-brasileras. Vamos a conocer un poco de su dinamica y las enseñanzas
propuestas para un camino humano más integrado e integrador.
Características
del monoteísmo africano
Las religiones
tradicionales africanas poseen un sistema de mediación que es influenciado
por el sistema de gobierno: el rey con sus ministros intermediarios y sus
subditos. Así tenemos un Ser supremo con innumerables espíritus ansestrales y
los seres humanos. Es importante resaltar que no hay politeismo en Africa.
Especialmente la Africa negra siempre concibió el sentido de un Dios único,
supremo y creador. Cuando se afirma “Dios existe” no se referir a una
afirmación filosófica, sino que se trata de un grito de acción de gracias lleno
de amor, demostrando una relación filial profunda. Muchas tribus bantu, por ejemplo, utilizan la
expresión Nzambi para dirigirse a
Dios y, aunque sea común llamar a Dios de Padre – Tatá Nzambi – en algunos grupos aparece como Madre – Mama Nzambi (Cf. ALTUNA, p 389). A
través de ceremonias, son realizados sacrificios y ofrendas a los Ancestrales,
reconociendo su importancia como parte integrante de la comunidad y su
influencia en la vida. La mayor parte de sus fiestas, como el nacimiento,
iniciación a la vida adulta, ritos mortuorios, sembrar, la colecta, pedir
lluvia, etc, envuelve prácticas religiosas.
La resistencia
delante del Islamismo
Varias sociedades africanas profesan
apenas las religiones tradicionales,
hasta el siglo VIII, cuando, por cuenta de los intercambios comerciales,
comienzan a ser influenciadas por el islamismo. Pero esa situación no logra
impedir el funcionamiento de las referidas religiones. Un ejemplo concreto son
los haúça, que, por más que sus
gobernantes se hayan adherido al Islám, los subditos permanecerán fieles a las
creencias tradicionales (Cf. MATTOS, p35). Como podemos ver, la resistencia
siempre fue la marca de esas religiones. Y no será diferente en Brasil.
Las religiones
africanas en Brasil.
Los negros y negras, obligados a vivir
en Brasil, como esclavos, tragieron consigo una rica experiencia religiosa. En
medio de tanto dolor y sufrimiento, causados por el proceso esclavista,
juntamente con la imposición de prácticas religiosas (cristianas), ajenas a su
realidad y aspiraciones, no faltó el esfuerzo de las Hermandades y Cofradías,
en el rescate y resignificación de los valores religiosos africanos. Siendo
así, Africa dejaba de ser solamente un lugar geográfico para asumir el sentido
espiritual y mítico. El vasto intercambio cultural y religioso entre esos
pueblos hizo que las religiones africanas
en Brasil se convirtiesen en religiones
afro-brasileras, expresión de creatividad y resistencia, propias del pueblo
negro. Un proceso semejante se puede percibir en otros países de América Latina
y el Caribe, para donde los negros y negras fueron llevados. Por eso,
juntamente con las expresiones religiosas de los demás países, estas son
llamadas también religiones
afro-americanas y caribeñas.
El parentesco espiritual
Lo más importante para quien participa
de esos grupos religiosas es el sentimiento de pertenencia familiar, que no se
da más por parentesco carnal, sino por el espiritual. La nomenclatura utilizada
en las definiciones de cargos y relaciones,” apunta para esta nueva forma de
parentesco: padre-de-santo, madre-de-santo, hija-de-santo, hermano-de-santo,
familia-de-santo, etc”(BERKENBROCK,p116). En esta familia espiritual, el negro
y la negra se sienten parte de un todo, integrados al mundo de los Antepasados,
en que profano y sagrado viven en harmonía. Continuaremos en el próximo
artículo. Hasta allá!
Axé!
Pe. Degaaxé
Tradução: María Erika Martínez
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