terça-feira, 29 de março de 2016

PUEBLOS AFRICANOS VENIDOS A BRASIL Y SUS CARACTERÍSTICAS



A través de los datos históricos de estos autores que estamos trabajando, vamos descubriendo que fueron innumerables las culturas y pueblos retirados a la fuerza de sus tierras para ser sometidos a la situación de esclavitud aquí en Brasil. En el artículo anterior mencioné la estimativa en números. En este artículo, quiero trabajar brevemente los tipos de culturas africanas con sus principales características. El autor R. Cintra, acostumbra a dividirlos en tres grandes grupos, que corresponden a los diversos ciclos del tráfico esclavista. Vea íntegramente[1]:
1) Culturas sudanesas, representadas principalmente por los pueblos Iorubás de Nigeria (Nagô, Ijêcha, Egbá, Ketu, Ibadon, Ijebú) y de Daomé (grupo Gêge o Ewe, Fon o Egon) por el grupo Mina de la Costa de Malagueta, de la Costa de Marfil (Krumano, Agni, Zema, Teminí, Gós, Tehis, etc.)
2) Culturas guineano-sudaneses islamizados, representados en primer lugar por los Peuhl (Fulah, Fula) después por los Mandinga (Solmke, Bombara), por los Haussá del norte de Nigeria y por grupos menores, como los Tapa, Bornu, Gurunsi, Komusis y otros.
3) Culturas bantos, constituidas por numerosas tribus del Congo, de Angola y de la Contra Costa (Cabindas, Benguelas, Macuas, Angicos, Caçanges, Rebolos, Muxincongos).
los bantos del Congo y de Angola parecen ser los más primitivos. Vivían en las florestas o en las planicies cerca de la costa, en pequeñas aglomeraciones o tribus. Las habitaciones eran chozas o cabañas de techo cónico. El vestuario era elemental. No conocían los tejidos, andaban semi-desnudos o usaban tangas de fibras de palmeras o cascaras de árboles. Había una gran variedad de razas y lenguas, según los grupos localizados al Norte, al Sur o al Centro. Se dedicaban al pastoreo o a la agricultura básica como azadas de madera (Artur Ramos). Los más civilizados eran los sudaneses, iorubás, nigerianos o daomeanos. Eran altos, corpulentos y activos. Vivían en ciudades, poseían puestos con embarcaciones. Sus jefes eran tratados por los portugueses como reyes. Conocían el tejido y negociaban con los extranjeros “paños de la costa”. Tenían herreros y artistas en cobre, oro y madera. Criaban animales de porte grande y mediano: caballos, ganado, cabras, carneros. Tenían habitaciones de adobe y construían fortalezas. Los sudaneses islamizados haussás, malês conocían los progresos de la cultura árabe. Poseían armas más perfeccionadas. Los fanti y Ashanti, como los habitantes de la Costa de Oro y del Golfo de Guiné, participaban del adelantamiento de la cultura. Negociaban el oro con los portugueses y sabían trabajar metales. Los más poderosos, particularmente los régulos de Daomé y de Lagos, (…) practicaban el trueque con los portugueses o bahianos, cambiando esclavos por rollo de humo (12 rollos de humo a cambio de un esclavo). Agua ardiente, azúcar, harina de mandioca, productos agrícola en bruto, objetos orientales, pólvoras y armas eran también mercaderías usadas en el trueque”.[2]
A esta altura, es importante percibir, que sin saber, los portugueses estaban introduciendo, en esta tierra, personas de tradiciones muy diferentes unas de otras, de religiosidad totalmente diversas; algunos con una capacidad enorme de organización, otros, no tanto; algunos venidos de reinos, otro apenas de una organización tribal. En fin, trajeron personas que al encontrarse – por la rivalidad existente entre ellos – podrían haberse destruido mutuamente[3]. Pero eso no sucedió, pues ahora, delante de toda la distracción causada en sus tierras, restaba sumar fuerzas contra un enemigo común, buscando una manera mejor de reorganizarse para mantener vivas las raíces de la Madre África, rescatando valores y tradiciones. En verdad, el proyecto portugués tuvo efecto contrario, pues, así como el tráfico no cesaba, tampoco cesaba la continua renovación de las fuentes de vida, “estableciendo un contacto permanente entre los antiguos esclavos o sus hijos y los recién llegados en cuyas hileras venían, con frecuencia, sacerdotes, adivinos, médicos- hechiceros, lo que hizo que durante el período esclavista existiese un rejuvenecimiento de los valores religiosas”[4].
En cuanto a la práctica religiosa, ya sucedía algo significativo en las senzalas, aunque sin una organización estructural como casas de culto, terrenos, etc. Sucedían verdaderas celebraciones, sin que sus señores lo notasen. Tratándose de Candomblés, Xangôs y Batuques, como tenemos hoy, se tratan de organizaciones muy recientes, que datan su inicio al final del siglo XVIII y al inicio del siglo XIX[5]. Nuestro estudio, por lo tanto, va a intentar profundizar las prácticas religiosas, buscando su verdadero significado ayer y hoy en África y en Brasil, sin la pretensión de agotar el tema, sino de profundizar los elementos comunes de dialogo y de encuentro cultural, con el fin de que, en nuestra síntesis teológica, descubramos la acción del Dios de la vida, presente en las diversas manifestaciones del Pueblo Negro.

Fr Ndega
traducion: Nomade de Dios



[1]CINTRA, R. Candomble e Umbanda. p. 32; Veja dados correspondentes e complementares em BASTIDE, R, Religioes Africanas no Brasil, p. 67.  Quanto ao destino de toda esta gente, é significativa a colocação que CINTRA faz: "(...) Os sudaneses, particularmente os Iorubás ficaram mais na Bahia e no Nordeste, os daomeanos, particularmente os Gêges, foram para o Maranhão. Há também representantes na Bahia e em Pernambuco. Os Haussas, malês e mandingas, espalhados pelo Nordeste, foram os principais responsáveis pelos Quilombos; os bantos espalhados um pouco pelo Brasil inteiro, são mais numerosos no Rio De Janeiro, em Minas Gerais e nos Estados do Sul".
[2]Idem, Ibidem, p. 32
[3]Cf. BASTIDE, R. Op. cit.,p. 68.
[4]Id. Ibid., p. 69.
[5]Cf. Id. Ibid., p. 69; nos parece interessanteapresentaralgumas datas de fundação. O nosso autor, fundamentando-se nas pesquisas feitas por P. VERGER, mostra que a casa da Minas de São Luís do Maranhão tenha sido provavelmente fundada em 1796 por membros perseguidos da família real do Daomé; e Nunes Pereira soube por MãeAndréia que sua “casa” havia sido fundada por “contrabandos”, isto é, por negros trazidos clandestinamente depois de 1815 e que tinham sido libertados quando de suachegada ao Brasil. Sabemos, de outro lado, que o Candomblé de EngenhoVelho em Salvador foi fundado por duas sacerdotisas da família de Xangô, trazidas como escravas para esta cidade no começo do séculoXlX.

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