terça-feira, 22 de março de 2016

AFRICANOS Y EUROPEOS, UN ENCUENTRO DRAMÁTICO


En mi articulo anterior, había afirmado que la campaña del colonizador por la esclavitud de indígenas fue algo que no dio mucho resultado. Los factores para eso están en dicho artículo. En continueidad, vamos a ver que el colonizador va a apelar a la esclavitud de los africanos. La propia experiencia en Portugal confirma la eficacia en el trabajo deseado, por haber invadido Africa desde 1400[1]. El autor D. Freitas hace una pequeña comparación entre estos dos tipos de esclavos: el indígena y el africano:
“Los indios se mostraban incorregiblemente inadaptables al trabajo esclavo. Cuando no escapaban para vivir de nuevo en la mata bajo la ley de sus instintos naturales, morían en masa, segados por el mortífero contagio con las enfermedades europeas. Ya el africano, como era físicamente robusto, poseía una tradición de vida sedentaria (…) configurando por esto la solución práctica y necesaria del problema de la fuerza de trabajo para la empresa colonizadora”[2].
Alrededor de los siglos XIV y XV, encontramos una Africa dividida en tribus – algunos libros utilizan el termino reinos – que competían entre sí, en busca de mayores espacios territoriales. Algunas tribus eran de cultura primitiva, otras de cultura más avanzada; de estas, algunas estaban formadas culturalmente sobre la influencia del islamismo. Una de las ventajas indiscutibles que los negros del siglo XV tenían sobre los europeos era la superioridad técnica en el uso de los metales. Los africanos poseían sociedades basadas en la posesión de la tierra y practicaban con intensidad el trabajo colectivo[3].
“Los pueblos del oeste africano tenían indudablemente, sistemas agrícolas bien desenvueltos. Los Daomés tenían hasta un sistema de plantación. Todos esos pueblos – Daomés, Ashante, Yoruba, para mencionar algunos del comercio cuidadosamente reglamentado; existía gran número de ligas artesanales, y comenzaba a surgir una estructura de clase”[4].
Según J. Chiavenato, ese pueblo, en particular, los del oeste africano, tenían una agricultura más avanzada en sus técnicas que Portugal. El autor continúa todavía destacando la capacidad cultural de los yoruba y su religión musulmana, recordando, por lo tanto, que estos pueblos se desenvolverían independientemente del contacto con los musulmanes[5] .
La llegada de las poderosas naciones europeas, bien armadas y ávidas de lucro, contribuyó para aumentar algunas rivalidades, alimentó las guerras tribales, sobre todo, abaló fuertemente esos conjuntos sociales y culturales e hizo desaparecer ciertas tradiciones. Hasta la familia ampliada, que era compuesta de la esposa o de las esposas, el padre, los hijos, los primos y que resistió hasta los primeros tiempos de la colonización, por ahora, tuvo que romperse[6]. En vista a la dilatación de la fe y del imperio, no importaba lo que se hacía. En este sentido, la ejecución del programa fue bien maquiavélica. Delante de los abusos y crueldades, algunos papas incluso intentaron protestar. Entre ellos encontramos al Papa Pio II, en 1462 y Pablo III, en la Bula Sublimis Deum, de 1537[7]. En tanto, en Brasil, la realidad era otra, pues de tan estructural que estaba la esclavitud por aquí, el Padre Manuel de la Nóbrega llega a “escribir al rey pidiendo entra otras cosas necesarias (vacas, instrumentos de hierro y una dotación), también… algunos esclavos de Guiné… para hacer mantenimientos…”[8]
Un gran cuestionamiento al  que no se tiene respuesta exacta es: ¿cuánto negros fueron traídos a Brasil? La dificultad en afirmar, con certeza, es debido a la quema de documentos oficiales sobre el trafico negrero[9], a fin de borrar de la historia esta página que, para Brasil representa una vergüenza, y que simplemente es necesario olvidar, pues somos el último país que suprimió la esclavitud. Aún así, existe la estimativa de más de cuatro millones de negros, lo que corresponde al 40% del total de América[10]. Calmon va a hablar de 6 millones, mientras que Taunay reduce a 3.600.000[11]. Ya Pandira Calógeras, citado por R. Cintra, evalúa en más de quince millones, basándose en cálculos sobre la capacidad de las embarcaciones y de los viajes marítimos. No se sabe, en verdad, cuantos fueron; lo que si se sabe es que no todos llegaban vivos[12]. Continuaremos este asunto en el próximo articulo.
Modjumbá  axé!
Fr Ndega
Traducion: Nomade de Dios



[1] Cf.  CINTRA, R. Candomblé e Umbanda. São Paulo: Paulinas, 1985, p. 27.
[2] FREITAS, D. O escravismo brasileiro. Porto Alegre: Mercado Aberto, 2. ed. 1982, p. 23.
[3] Cf. Id. Ibid., p. 49.
[4] Id. Ibid. , p. 49.
[5] Id. Ibid. p. 20.
[6] Cf.  MATTOSO, K. Q. Ser escravo no Brasil. São Paulo: Brasiliense, 3ª ed., 1990, p. 27.
[7] Cf. em CINTRA R.. Op. cit., p. 23);  R. BASTIDE, vai dizer que a Igreja lutou contra a escravidão do índio, mas aceitou a do negro.  (Cf. BASTIDE, R. As religiões africanas no Brasil. 3 ed., São Paulo: Biblioteca Pioneira de Ciências Sociais, 1989,  p. 77).
[8]BEOZZO, J. O. A escravidão que fez e explica o Brasil. Revista Vida Pastoral, São Paulo: Paulinos, ano XXIX - n. 138, janeiro-fevereiro de 1988, p.18.
[9] Cf.  CINTRA, R. Op. cit.,  p. 23); Cf. também  BASTIDE, R., Op. cit., p. 50.
10 Cf. TOLEDO, R. P de.  Á sombra da escravidão. Veja, São Paulo: Ed. Abril, ed 1444, Ano 29 – n20, 15 de maio de 1996 p. 53.
11 Cf. BASTIDE, R. Religiões africanas no Brasil., p. 50-52.
12 Cf. CINTRA. R. Candomblé e Umbanda., p. 24;



Nenhum comentário: