Una reflexión a
partir de Lucas 11, 14 – 23
Este trecho del Evangelio habla sobre la existencia de
fuerzas que se oponen al proyecto de Dios, paralizando a las personas e
impidiendoles ejercer plenamente sus capacidades. Delante de esas fuerzas,
Jesús impone autoridad y actúa como libertador. Su presencia entre los seres
humanos inaugura un nuevo tiempo: el tiempo de la salvación de Dios.
La salvación, centro del mensaje de Jesús, se identifíca
con el anuncio del reino de Dios, pués según K. Rahner, Jesús no se anuncia a
sí mismo y si al reino. En el propio Jesús, el reino de Dios se vuelve una
realidad concreta; algo en el mundo está cambiando: los enfermos son curados,
los mudos hablan, los ciegos ven, los pobres son evangelizados y los pecadores
descubren el perdón de Dios. La intención de Jesús, al anunciar el reino, es
justamente de eliminar las ataduras que impiden al ser humano relacionarse bien
con Dios y con los demás. De acuerdo con el pensamiento de W. Kasper, la
realización del reino se dará definitivamente cuando el amor a Dios y al
prójimo sea vivido en su plenitud.
Hay quienes reconocen en los gestos libertadores de
Cristo la acción salvífica de Dios y se dejan transformar, pero también los que
se cierran en sus antiguas estructuras y no son capaces de percibir el bien que
está a su alrededor. Las resistencias contra Jesús son oposición a la
realización del reino. En este caso, actuamos como adversarios de Dios, nos
impedimos de seguir fielmente los pasos de su Hijo que, al anuncias la Buena
Nueva del Reino, pide adhesión libre y total de cada persona. Para nosotros, la
busqueda de este reino debe ser prioridad, pués ahí está el sentido de nuestra
vida y misión.
Jesús nos confió su reino y nosotros confiamos nuestra
vida a él. Se trata de una confianza mutua. Al identificarse con quien lo
sigue, él continúa oponiéndose a cualquier fuerza o mentalidad que atenta
contra la vida de las personas, o sea, a través de nuestras acciones, los
gestos libertadores de Cristo continúan aconteciendo en la vida de mucha gente.
Él nos usa como instrumentos para continuar anunciando la gratuidad del reino,
invitando a otras personas a sumar esfuerzos con él en un discipulado cada vez
más generoso y auténtico. Aunque él pueda hacer todo solo, quiso necesitar de
nosotros, pués sabe que necesitamos mucho de él: “Sin mi nada podeis hacer” (Jn
15, 5).
Pe. Degaaxé
Tradução: Nómade de Deus
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