Reflexión a partir de Is 49,3.5-6; 1Cor 1, 1-3; Jn 1, 29-34
* Bautizado de la niña Tamele e 15 años de padre Josuel Ndega
Queremos
reflexionar sobre tres testimonios que nos ayudan a vivir con entusiasmo
nuestra vocación esto es, primero el testimonio de Dios sobre su ciervo
(primera lectura); segundo el testimonio de San Pablo que se considera apóstol
por voluntad de Dios (segunda lectura); tercero, el testimonio de Juan Bautista
sobre Jesús como Cordero de Dios (Evangelio).
Nuestro foco será nuestra participación en el sacerdocio de Cristo.
Sobre el
primer testimonio, es uno de los cánticos del siervo del Señor escrito durante
el exilio en Babilonia y podemos encontrarlo en la segunda parte del libro del
Profeta Isaías. Es realmente edificante
la manera como Dios habla respecto de su siervo. En primer lugar existe un plan. Dios no actúa
de cualquier manera. Él conoce a su siervo pues Él mismo lo preparó desde el
vientre materno y lo representa con amor porque la vida de su siervo le
agrada. Alguien que decidió ser padre
elige ser siervo y su vida agrada a Dios porque él no se busca a sí mismo sino
la gloria de Dios y el bien de su pueblo. La relación de intimidad con su
maestro es la relación de su fidelidad (cf. 1Sam 2,35). Esta es de hecho la experiencia que genera
identidad y da sentido a la misión motivándolo a vivir con alegría su vocación
sacerdotal. La reflexión sobre este cántico es una oportunidad de renovar mi
compromiso como pobre siervo y agradecer a Dios por el don del sacerdocio, y por
su presencia constante en mi vida.
Las
sagradas escrituras testimonia sobre la fidelidad de Dios para con sus siervos
como una manera suya propia de actuar y como un camino seguro para hacer la
voluntad de Dios. Él conoce las debilidades de sus siervos y por eso permanece
próximo y actúa junto con ellos para que sean fieles. La fidelidad de Dios es
una invitación para que hagamos de la misma manera. Esta es la síntesis de la
vida de San Pablo en la segunda lectura. Él es muy consciente que su vocación
como Apóstol de Jesucristo es voluntad de Dios. San Pablo vive su vocación con
mucho celo con total disponibilidad en la causa del Evangelio. Su testimonio de
vida nos ayuda a entender el sentido profundo de nuestra participación en el
sacerdocio de Cristo a través del bautismo. Cómo bautizados nosotros somos
miembros del cuerpo del señor e invitados a contribuir a la edificación de su
cuerpo que es la iglesia. En cada persona bautizada está presente toda la
iglesia. Aquello que sucede con uno miembro es la responsabilidad de todo el
cuerpo. Vivimos la vocación en una
comunidad, pero para el bien de toda la Iglesia de Cristo.
Otro
ejemplo muy importante es el testimonio de Juan Bautista. Él fue capaz de
reconocer a Jesús como "Cordero de Dios que quita el pecado del mundo"
porque estaba atento a la Inspiración de Dios como siempre ha sucedido (en el
vientre de Isabel, en el desierto, en el Jordán, y en el pasaje de Jesús de
acuerdo con el evangelio de hoy). Ser bautizado es participar de la vida de
Dios entrando en el movimiento de espíritu que hace a la persona de nuevo,
causando gran alegría para nuestra familia espiritual. De acuerdo con el Papa
Francisco "cada niño que nace es un presente de alegría y esperanza y cada
niño que es bautizado es un milagro de la fe y fiesta para la familia de
Dios" El nombre que es pronunciado durante el bautismo recibe un nuevo
significado, nueva identidad, es Dios mismo quien quiere que el nombre de la
persona sea su segundo nombre, siendo incluida en esta lista: Dios de Abraham, Dios
de Isaac, Dios de Jacob, Dios de Ana, Dios de David, Dios de Clementina, Dios
de Josafá, Dios de Tamele.
Juan dice
dos veces que no conocía a Jesús, pero a través de la inspiración de Dios fue
capaz de reconocer a su Hijo. Después el mismo Juan afirmó "yo lo vi y doy
testimonio". Ser sacerdote es ser testimonio de los hechos de Dios en el
mundo y en la vida de las personas. El sacerdote es una persona que busca
conocer a Dios siempre más para poder reconocerlo y mostrarlo a los demás. El
sacerdote es ministro de la misericordia porque él primero hace la experiencia
de la misericordia. El sacerdocio es como “Ubuntu” esto es la experiencia de
sentirse uno con los demás hermanos y hermanas en la comunidad porque ser
sacerdote es ser un hermano entre hermanos y para la vida de ellos.
Fr Ndega
Tradución: Nómade de Dios
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